Desde el pequeño pueblo de Quatretondeta nos proponemos ascender al pico del Plá de La Casa, uno de los puntos más altos de La Serrella. Nos acercamos por la carretera CV-754 a dicha población. Si venimos desde Gorga tendremos que dejar Quatretondeta a la izquierda y casi a continuación encontraremos una pista forestal a la derecha junto a un hito del kilómetro 5 de dicho vial. Es bastante fácil encontrar esta pista pues un cartel de senderismo esta junto a la carretera. Este cartel tiene información de dos PRs, el 23 y el 24, nosotros vamos a realizar este último que sube a la cumbre del Plá de La Casa y que vuelve por el mismo camino. La pista por la que avanzamos se le conoce como el Camí Dels Clots y nos lleva entre olivos y almendros. Pasamos cerca del depósito de agua del pueblo y a continuación llegamos a uno de los puntos referentes del recorrido: La Carrasca de la Tía Sofía. El nombre proviene de la propietaria de las tierras donde esta ubicada la carrasca. La Tía Sofía nació en este pueblo en 1884 y pasó toda su vida en el pueblo viviendo de los almendros, olivos y viñas que todavía existían en aquella época. Después emigró en busca de trabajo a Oran. La actual propietaria es su hija, también conocida como Sofía. Tras intentar adivinar los años de este árbol monumental, continuamos nuestros pasos hacia la ladera norte de La Serrella. Es el momento de levantar la cabeza y contemplar los cuchillos de piedra y agujas que se forman en esta zona y que se les conoce como Els Frares. La primera de las fuentes que cruzamos es la Font de L’Espinal a la que llegamos tras un continuo pero fácil ascenso. Aquí nos detenemos para tomar agua y consultar uno de los paneles informativos sobre la flora que encontraremos durante el recorrido. Este es el lugar donde la pista forestal se convierte en senda, y donde también el desnivel empieza a ser mayor. La senda serpentea entre pinos por la ladera norte, y en uno de estos zigzags podemos desviarnos hacia la derecha por una senda, para acercarnos a Els Frares. Entre estas agujas rocosas existen rincones totalmente umbríos y frescos donde no llegan los rayos solares. Gracias a esta característica en Els Frares aparecen ambientes y formas de vegetación que son reliquias de glaciaciones ocurridas hace miles de años. Podremos observar el arce, el fresno de flor, el serval, el cornicabra y el tejo. Al continuar de nuevo por el camino marcado seguiremos ascendiendo hasta dar con el Barranc Fondo. Pasamos por varios pedregales y podemos ver una toma de agua que llega hasta la Font roja. Una mesa de madera, un abrevadero y una caseta acompañan a la fuente. De este manantial se canaliza el agua y se lleva al depósito de agua de Quatretondeta situado al inicio de la ruta. Descansamos en la mesa y contemplamos los pueblos situados en el valle desde un mirador privilegiado. Si nos fijamos en la parte derecha del barranco veremos el camino en la ladera del PR-182 que también sube al Plá de la Casa pero en este caso desde Facheca. La fuente la dejamos atrás y la senda nos lleva, no sin dificultad, hasta el Collado de Borrell, valle de unión entre la cumbre de La Serrella y el Plá de la Casa. La Serrella tiene varios picos, uno de ellos también llamado como la sierra. Esta formación se extiende de Este a Oeste separando la Marina Alta de la Marina Baixa. Sus puntos más altos son La Serrella, el Plá De La Casa,La Mallada Del Llop y ya hacia el este L´aixortá. Antes de introducirnos en el collado, veremos una señal de senderismo que nos desvía por las faldas de la montaña hasta toparnos con otra, que nos muestra el tramo más empinado del recorrido. Antes de continuar podemos asomarnos a contemplar la panorámica existente sobre el pantano de Guadalest y la costa de la Marina Baixa. La subida es dura hasta llegar a la parte alta de la montaña, donde encontramos una gran planicie verde y salpicada de multitud de cojines de monja. Dirigiéndonos al este llegaremos al nevero del Plá de la Casa. Su tamaño es enorme y se encuentra en buen estado. En su interior nos sorprende un habitante, un ejemplar de arce que lucha por buscar el sol. Después de disfrutar de la arquitectura del nevero aún nos queda por ascender a la cumbre del Plá de la Casa. Bordeamos el nevero y nos dirigimos hacia el Este. Atentos a las marcas de senderismo llegaremos a unas ruinas casi imperceptibles. Estas pertenecen a un antiguo torreón de vigilancia de época musulmana y que se le conocía como el Castillo de Queroles. La cumbre del Plá de la Casa tiene una altura de 1379 metros y llegamos ayudándonos de las manos. Una cruz metálica y un buzón nos acompañan en el punto más alto de la montaña, junto con unas vistas de las Sierras de Aitana, Mariola, Aixortá, Bernia, Sierra Helada y La Safor: tenemos una visión de 360 grados sobre las comarcas norte de la provincia. La vuelta la realizamos por la misma senda, no sin complicaciones, pues las zonas anteriormente empinadas ahora se convierten en sendas de difícil bajada. El itinerario nos ha llevado a conocer una de las sierras menos transformadas por el hombre y , paisajísticamente, más sorprendente de la provincia.
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